viernes, 27 de septiembre de 2013

Escorpio y su "franja habitable"


Los datos disponibles de la estrella Gliese 667C, junto a las nuevas observaciones facilitadas por el instrumento HARPS de un telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, han permitido desvelar que este sistema estelar cuanta, al menos, con seis planetas.
Un equipo de astrofísicos confirma ahora que tres de esos planetas son supertierras –planetas más masivos que la Tierra, pero menos masivos que planetas como Urano o Neptuno– y que, además, se encuentran dentro de la zona de habitabilidad de su estrella.
Esta zona es una región limitada alrededor del astro en la cual el agua puede estar presente en forma líquida si las condiciones lo permiten. Se trata, por tanto, de la primera vez que tres planetas de este tipo se localizan orbitando esta zona al mismo tiempo. El estudio se publica en la revista Astronomy & Astrophysics.
Gliese 667C es una estrella muy estudiada. Con tan solo un tercio de la masa del Sol, forma parte de un sistema estelar triple conocido como Gliese 667 o GJ 667. Se encuentra a 22 años luz de distancia, en la constelación de Scorpius (el Escorpión). Se encuentra bastante cerca de nosotros –en la vecindad solar– mucho más cerca que otros sistemas estelares estudiados con otros telescopios como el telescopio espacial Kepler, el cazador de planetas.
Estudios anteriores sobre Gliese 667C ya habían descubierto que la estrella albergaba tres planetas y que uno de ellos se encuentra en la zona de habitabilidad. Pero el equipo de astrónomos liderado por Guillem Anglada-Escudé de la Universidad de Göttingen (Alemania) y Mikko Tuomi de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) ha reexaminado el sistema añadiendo a la información que ya se poseía nuevas observaciones llevadas a cabo por el instrumento HARPS y datos obtenidos por otros telescopios.
Han descubierto indicios de la existencia de más de siete planetas en torno a la tercera estrella, la más débil de un sistema estelar triple. Los otros dos soles se verían como un par de estrellas muy brillantes visibles durante el día. Durante la noche, proporcionarían una iluminación equivalente a la de la Luna llena.

Los nuevos planetas llenan por completo la zona de habitabilidad de Gliese 667C, ya que no hay más órbitas estables en las cuales un planeta pudiera existir a la distancia adecuada.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Voyager la primera sonda a la caza del espacio sideral.

Es oficial. La sonda Voyager 1, lanzada en 1977, ha salido del sistema solar, convirtiéndose en el primer objeto enviado por el hombre para alcanzar el espacio intersideral. “Ahora que tenemos nueva información clave, creemos que éste es un salto histórico hacia el espacio interestelar”, se congratuló Ed Stone, responsable del proyecto Voyager de la NASA.
Nuevos análisis de densidad de plasma en el entorno de la nave se revelaron conformes a las que se encuentran en la región interestelar y previstas en los modelos. Voyager, que está a más de 18.000 millones de km del Sol, salió de la heliopausa (la zona fronteriza del sistema solar) e ingresó en el frío y la oscuridad del espacio interestelar hacia el 25 de agosto de 2012. Para John Grunsfeld, el jefe de misiones científicas de la NASA, “Voyager marcó uno de los logros tecnológicos más significativos de la historia de la ciencia”.
La expectativa de vida de las sondas Voyager, lanzadas en 1977 con un mes de intervalo y que avanzan a 55.000 km/h, no superaba los cinco años, pero se encuentran en buen estado. Sus cámaras fueron apagadas para ahorrar su batería de plutonio que debería agotarse hacia 2020.
El programa Voyager tenía como objetivo el estudio de los planetas del sistema solar. Voyager 1 y 2 sobrevolaron Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, así como 48 de sus lunas. Los datos recogidos por los nueve instrumentos a bordo de cada una de las sondas la convierten en la misión de exploración del sistema solar más fructífera de la historia espacial.
A la espera de que se crucen en el camino de alguna civilización extraterrestre, las naves transportan cada una un disco de oro enchapado en cobre, de 30 cm, que contiene 115 fotografías y variedad de sonidos naturales y mensajes en 55 idiomas.